Hoy aprendí que nunca se deja de aprender.
Hoy confirmé lo pequeño e indefensos que podemos
lucir ante el encuentro directo,inesperado y sorpresivo
de una mentira hecha ser humano..
El que hayamos perdido tanto tiempo
ocupando nuestra mente y espacio en culparnos
por experiencias pasadas que en el instante menos imaginado
nos dan en la cara la bofetada del despertar definitivo.
Hoy aprendí que el dolor de una mirada fria y distante
hiere el alma dejándola desangrada en el suelo y sin defensa.
Me di cuenta de que el número acumulado en el calendario
no garantizan el dominio de la pena y la actuación del disimulo.
Una doble cara.,una única falacia
combinadas en un desvío de miradas que te confirman
el poco valor inspirado.
Hoy aprendí que nunca se deja de aprender.
Que somos y seremos estudiantes inexpertos
a la espera de la llegada segura y puntual
de una próxima decepción.
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