viernes, 10 de junio de 2011

Recuerdo Falaz

El Silencio huele a tus besos
que impregnan el espacio
dejado en ese adios sorpresivo
que me dejó el corazón reacio.

Vibran los recónditos escondites

donde quedaron ocultos con cada vivencia
relatos escritos en la neblina
espesa de tu aliento con fragancia a cielo.

Cada noche en mi entrega a Morfeo

la escena se repite viéndote regresar
para ceñirme a tu figura, en esa amalgama
que vuelvo y me creo.

Luego me le escapo a la farza que tiende

el diablillo de los sueños noctámbulos
y me deslizo mañosamente pretendiendo
obviar la verdad que estilla los huesos.

Pero es en vano el intento

pues en cada aleteo desesperado
más se desmorona este espectro
de amante que sucumbe en las cuencas
movedizas de tu recuerdo.

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