Mi soledad y yo hicimos un trato,
no volver a pensar en ti.
Ni si quiera balbucear tu nombre.
Lo que mi soledad no sabe
es que cuando ella duerme te nombro a gritos.
Mi cuerpo pide tu calor y mis labios tus besos.
Hasta me corté un pedazo de mente al violar
ese pacto con tu recuerdo.
Sobre la banca que da al mar,
a la que nunca me senté contigo,
ensayo tarde para sentir que nos perdimos.
Y dan ganas de llorar.
Y cómo para uno de llorar?
si en un alambre se ensartó mi pecho,
y con mas agujas y picos,profundos agujeros,
sangró mi cuerpo,despellejado y harto de los celos.
Sé que el amor grande no se repite. Llega una sola vez
y se le ama como nunca.
Así pues mutilaste mi corazón y te aseguraste
de que nadie más llegara a él.
Pero mi soledad te lo agradece
ya que hoy somos ella y yo!
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